Se habla de “infraestructura” para referirse al conjunto de elementos, sistemas y servicios necesarios para el funcionamiento de una sociedad y una economía, incluidas las estructuras físicas, las instalaciones y servicios que soportan las actividades cotidianas que albergan. Sin embargo, y de aquí en adelante, cuando hablemos de «Estructura», estaremos hablando del conjunto de elementos; llenos y vacíos, equipamiento, equipos, contenidos y actividades a las quelas construcciones que diseñamos para Cecrea les puedan dar cabida.
Quisiéramos que en el Espacio Cecrea sea la CREATIVIDAD lo que le da sentido al Programa, el fuego que debamos avivar o el espacio donde se albergue, tenga espacio y pueda celebrarse esta creatividad. Un lugar donde niños, niñas y jóvenes (NNJ) se sientan esperados y convocados. Cómodos, libres y seguros.
Que sean lugares amables, capaces de generar una relación afectiva, tanto con NNJ y la comunidad que los “habita”, porque, si bien es cierto que “… podemos cobijarnos bajo el techo de una casa de cualquier estilo o tamaño, en cualquier lugar, pero lo que transforma ese espacio, y la madera o las piedras o cualquier material de que esté hecho un “hogar”, es el lazo afectivo que se construye con el uso cotidiano de ese ámbito cercano y del vivir las pequeñas historias que
transcurren entre sus paredes. La escuela, el barrio, la comuna, la ciudad (o el Cecrea), serán siempre lugares sin sentido si aquellos que los habitan no transforman ese habitar en un vivir en común, en un hogar…” (Claudio Di Girirolamo, 2021).
Tenemos que pensar y diseñar Ambientes para la creatividad, donde niños niñas y jóvenes,puedan sentirse acogidos, cómodos, libres y convocados para entregar y entregarse a su potencial innovador y creativo. Todo esto en un lugar amable, cuidado, digno (no impoluto ni aséptico), seguro, comunitario con buen nivel de diseño y construcción, donde se sientan invitados y puedan expresarse y compartir a sus anchas.
Promover la libertad para que cada NNA pueda indagar, experimentar, y darse a ese proceso creativo que es personal, además de colectivo. La diversidad tiene que tener cabida, pues desde su riqueza la creatividad cobra fuerza.
Para que un espacio posibilite la diversidad, debe ser flexible o tener la capacidad de adaptarse a la diversidad y posibilitar la dinámica entre lo singular -o de cada persona- y a la pluralidad -de todos/as juntos/as-.
Reivindicamos además la convergencia, porque en ese cruce de actividades es donde pensamos que se anida la diversidad.
Queremos hacer Comunidad Cecrea, con niños niñas y jóvenes, facilitadores, equipo de coordinación Cecrea, familias, vecinos, organizaciones locales, y muchos más. Y más lejos, pero conectados, los otros Centros de la Red Cecrea.
Esta comunidad, que cambia y se renueva debe, consecuentemente, estar en permanente replanteo. Por ello, el/la facilitador/a que acompaña ese proceso y el entorno, el ambiente y los espacios (o Estructura), debiesen permitir y posibilitar que transiten ese “no-camino” y puedan reinventarlo una y otra vez.
Desde la arquitectura, se deberá abordar el “sistema” del edificio en su relación, con la Comunidad. Es esa fachada, hacia afuera, que invita a entrar, la que debemos pensar. Porque sin esa relación con la comunidad, el Cecrea, pierde vida y sentido.
Descubre como el edificio y el habitar impactan de manera positiva en todo el entorno donde se desarrolla nuestro programa
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